La Comisaría Provincial de Alicante cuenta desde ayer con una cámara térmica en su entrada principal que detecta en el momento si una persona que entra en el edificio tiene fiebre. El equipo ha sido cedido por la empresa de seguridad, Protemax, mientras se mantenga la alerta sanitaria por el coronavirus. Una medida de seguridad que busca la protección de la salud tanto de los ciudadanos que acceden a las dependencias policiales, como a la de los propios funcionarios que trabajan allí. El aparato ya está funcionando normalmente y de momento en su primer día de funcionamiento no ha dado ninguna alerta.
El objetivo de la cámara es medir la temperatura de todas las personas que accedan al recinto policial. De esa manera, los responsables de seguridad de la entrada sabrán si quien está accediendo al edificio tiene una temperatura superior a los 37,2 grados. Aunque eso no signifique que el sujeto padezca la enfermedad, la utilidad del dispositivo es que permite detectar uno de sus síntomas: la fiebre. La medida se ha adoptado en aras a proteger la seguridad tanto de los ciudadanos que acuden al edificio, bien a presentar una denuncia o a prestar declaración, como a los funcionarios de la Policía Nacional.
Con esta información, el personal de la Comisaría podría tomar medidas para aislar a aquel que presente febrícula mientras permanezca en las instalaciones y que no contagie al resto.
En el caso de que la persona tenga fiebre, al pasar por la entrada la máquina emitiría un fuerte sonido y se pondrá en marcha un protocolo. El responsable de seguridad pararía a esa persona, la identificaría y le haría una medición de la temperatura corporal con un termómetro más preciso. En el caso de que se confirme, se le preguntará por la naturaleza de su gestión en las dependencias policiales. En el caso de que no sea una gestión urgente se le facilitaría una mascarilla y se le conminaría a que regresara a su domicilio y se confinara allí. También se le daría el número de Salud Pública para casos de Covid-19 y se le instaría para que diera información a los profesionales sanitarios de los síntomas que tiene. Desde Policía también se daría parte a las autoridades sanitarias.
En el caso de ser un funcionario policial el que disparara la alarma del equipo, se le tomaría también la temperatura para confirmar y se le derivaría a la unidad sanitaria de la propia policía, que sería la encargada de valorar las pruebas que se le tienen que hacer y si conviene confinarlo o no en su domicilio.
Por otro lado, la Policía Local de Alicante impuso el lunes un total de 96 denuncias por desobediencia a las restricciones del estado de alarma, lo que supone un repunta ya que el mismo día de la semana anterior los denunciados fueron 47. Entre los sancionados, había un hombre que fue identificado varios días consecutivos yendo a comprar al supermercado pese a la restricción. En Torrevieja, la Guardia Civil arrestó a un hombre al ser sorprendido pescando por cuarta vez.